Un vistazo a la ciencia contemporánea

En los últimos siglos, nuestra comprensión de la naturaleza ha cambiado más que en toda la historia de la humanidad. En el siglo XVIII surgieron las primeras enciclopedias, muestra de la necesidad que había de ordenar toda la información recopilada en los “grandes viajes”, la cual no dejaba de acumularse. Tras las revoluciones científico-tecnológicas del siglo XIX, la ciencia adquirió un papel más relevante en la sociedad, convirtiéndose en tema de conversación desde las universidades hasta los suburbios.

Echar un vistazo a los siglos XVIII y XIX nos recuerda que la ciencia se encuentra sujeta al contexto histórico y político, aunque al comprobar los logros que, a la práctica, la tecnología consigue sustentándose en las teorías científicas, no podemos si no rendirnos ante la evidencia: estas ataduras histórico-políticas no implican que la pantalla a través de la que vemos el mundo sea opaca, en todo caso, traslúcida. No podemos olvidar que vemos el mundo desde unos ojos concretos, pero tampoco que lo que vemos desde nuestros ojos es un mundo concreto.

Ahora bien, ¿el mundo se comporta de forma determinada y predecible? A principios del siglo XX la mayoría de los científicos hubieran respondido que sí. Incluso Einstein se resistía a concebir que las leyes del Universo fueran probabilistas, pero las teorías cuánticas acabaron con la certidumbre de la ciencia.

Apoyándose en las teorías relativistas del propio Einstein, así como en su estudio sobre el efecto fotoeléctrico, la física cuántica nos alejó de la antigua concepción determinista y objetivista de la ciencia de la Ilustración.

En Camino en el Bosque damos un breve paseo por los siglos mencionados, el siglo XVIII, el siglo XIX y el siglo XX, destacando algunos de los inventos y descubrimientos más interesantes de esos periodos.